Bienvenidos al Carnaval

Acá no vas a encontrar un mensaje de sabiduría. Acá no vas a encontrar súplicas baratas (ni caras). No me interesa que me escuches. A mí no me interesa escucharte. Yo sé que a vos no te importa nada de lo que pueda llegar a decir. Acá nadie sabe qué puede pasar. Acá no hay nadie que conozcas. Acá nadie te conoce, no se conocen ni a ellos mismos.

Cuando yo me muera vos vas a estar emborrachándote en algún sucucho provincial. Pero cuando vos te mueras yo voy a estar cogiéndome a tu hija en algún telo del infierno.

No me importa, no me interesa, no quiero que me escuches. Aunque así lo hiciera yo sé que vos no me escucharías, tenés los ojos mudos, la boca sorda y los oídos ciegos, porque le tenés miedo a todo.

No te vas a acordar de mí cuando tomes ese último vaso de cerveza caliente y entres en el nuevo sitio que te espera.

Cuando el ruido descanse, cuando los muertos consigan la paz, cuando tu mamá esté drogándose frente al televisor, ahí voy a estar esperándote para quemarte el alma con el cigarrillo que quema mi mano. Voy a estar ahí para degollarte con tu primer cuchillo. Voy a estar ahí para violarte, para llevarte a mi mundo en ruina.

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Bienvenido al carnaval, que disfrute su estadía.