Bienvenidos al Carnaval

CARTA A LA NIÑA

Mi querida niña, me dirijo a usted con el fin de demostrarle mi afecto y mi sabiduría respecto a su persona. Yo sé que usted no quiere crecer, pero déjeme decirle que en algún momento debe hacerlo. Debe afrontar la vida, asumir responsabilidades, no puede ser una niña toda su vida, debe crecer. Déjeme decirle que si me necesita yo estaré a su lado, usted sabe cómo encontrarme, sabe que yo estoy en todos lados protegiéndola.
Yo sé que usted no me conoce, ni sabe por qué le escribo, es que la vi tan frágil esa tarde en el parque que no pude resistirme a comunicarme. Usted sabe lo que pasó, todos esos niños burlándose, haciendo maldades, usted sabe...
Yo sé que piensa en todo, pero nunca pensó en mí, ¿tan egoísta es la gente? ¡Uno siempre pensando en los otros y los otros nunca pensando en uno, en el prójimo! Qué indignación.
En fin, mi niña, espero que recapacite sus hechos, usted va por mal camino si sigue así, se lo digo yo... Y una vez que es entra no se sale, usted lo sabe.
Piense, mi niña, yo sé que en el fondo usted cree en mí. No sirve de nada resistir el dolor cuando otro puede ayudarla. Haga que sus ojos brillen más que nunca. La amo con todo mi corazón. Estaré orando por usted.
Con el afecto de siempre me despido. Hasta siempre.


CARTA A DIOS

Mi señor, debo admitir que estuve dudando en contestarle. Me parece una pérdida de tiempo, pero también me parece que debería ser contestado con absoluta sinceridad. Me tomo el atrevimiento, mi señor, de contestar su carta con el fin de demostrarle cuánto rechazo su pedido hipócrita. ¿Usted viene a decirme a mí egoísta? ¿Usted, que lo único que hace es convencer a niñas ilusas para que crean en algo tan insignificante como una lágrima en medio del océano, con el fin de usted sentirse bien fingiendo ayudar? Déjeme decirle que lo rechazo completamente. Déjeme decirle que soy una niña, pero no soy tonta; perdí la mayor parte de la inocencia hace tiempo. Déjeme decirle que usted no me ama, así como yo no lo amo a usted, así como nadie ama a nadie. Quédese con sus súplicas mediocres, que al fin de cuentas son en vano.
Dígame, ¿si es que es cierto que usted realmente existe, por qué también existen los asesinos, las enfermedades? No es necesario que conteste, tengo más que confirmado que usted no es más que un cuento, que usted no existe, que no es más que una imposición de los que no creen en sí mismos.
Déjeme decirle que usted no sabe nada. Déjeme decirle, mi señor, que si transito el camino de la herejía (según usted y sus seguidores) por algo será, y no está en mis planes cambiar el rumbo. Sopla el viento en contra y el timón está dañado, el ancla echada y el mar seco.

Concluyo estas palabras con mis más cordiales saludos, mis respetos hacia usted y mi más profundo aborrecimiento hacia sus plegarias. No necesito de su bendición ni su indulgencia. Le agradezco que se haya molestado, pero no me es necesaria su oferta.
Mis saludos y respetos. Hasta nunca.

http://www.youtube.com/watch?v=PRbWafxLv50