tusecreto
www.tusecreto.com.ar
tusecreto
un libro escrito por 700 argentinos
las mejores confesiones de www.tusecreto.com.ar
Fuente: santiagosarceda.com.ar
prólogo
Cuando creamos TuSecreto.com.ar, en cierta forma sabíamos que
iba a tener éxito, pero nunca de la forma en que lo tuvo. Desde el
primer día la situación se nos fue de las manos, la gente había enloquecido:
llegaban centenares de mensajes felicitándonos y -por qué
no- insultándonos. Sonaba el teléfono todo el día, los periodistas
buscaban notas y el público en general ofrecía todo tipo de cosas.
No había prácticamente usuario alguno de Internet que no conociera
el sitio. Si bien teníamos MediosRegistrados.Com, una web con un
nivel de visitas más que aceptable, TuSecreto destruyó todo tipo de
precedentes; no solo por la cantidad de gente que la visitaba, también
por el tiempo que le tomó lograr su popularidad y el costo ínfimo
a nivel programación y dinero que representó.
No escribo esto por un tema de falsa modestia, sino porque realmente
fui parte del fenómeno y no lo entendí. Seguramente rompa
varias leyes de marketing o publicidad al decir que, siendo sincero, el
concepto no me parecía de lo más revolucionario, y que si bien podía
resultar un sitio interesante, nunca hubiera imaginado que era capaz
de generar semejante adicción. Al fin y al cabo solo son secretos cuya
veracidad no está comprobada; no revelamos la receta de la Coca
Cola ni qué hay después de la muerte. Simplemente hay alguien que
confiesa su deseo por chupar las bolitas de los mingitorios, o gente
que demuestra algún problema no resuelto de su infancia al afirmar
que, con 40 años, su madre todavía le corta la milanesa.
Entre 25 y 30 mil personas entran a leer ese tipo de cosas diariamente.
Una de las pocas veces que estuve ante esa cantidad de gente
fue en un estadio de fútbol, y al hacer la inevitable comparación no
logro comprender del todo el fenómeno, porque lo que pasaba -y
pasa- no parece real.
¿Está mal que no esté enamorado del trabajo que tanto éxito tuvo?
No lo sé, prefiero imaginar que soy el padre de la hija a la que todos
quisieran conquistar. En resumen, estimado lector, si compró o quiere
comprar este libro que plasma en papel los mejores secretos de
nuestra web, allá usted, pero si le genera adicción sepa que no tengo
ningún tipo de respuesta para darle.
Mariano Sáenz
¿Qué autoridad puede tener un joven de 22 años para darse el lujo
de escribir el prólogo de un libro que ni siquiera él escribió? Realmente
no lo sé, y aún así lo hago.
Porque este libro no es mi libro. El texto que acompaña las siguientes
páginas no es más que el crudo espejo de una sociedad oculta, o
mejor dicho, una humanidad oculta. Más allá del tono humorístico o
las risas que puedan arrancar ciertos secretos, esta recopilación no
es más que una gran paradoja planteada por el enfrentamiento de la
privacidad y el exhibicionismo; un fenómeno que vino de la mano de
Internet. Escondidos bajo seudónimos y transitando un espacio que
pertenece a nadie y a todos a la vez, opinamos y discutimos, dejamos
traslucir nuestros más ocultos temores y deseos, nuestras costumbres
y psicosis, marcando nuestro paso con nada más que imágenes,
sonidos y palabras.
La impunidad de la aparente libertad absoluta da vía libre a esta
revolución que se esconde en la red; una sociedad paralela que nos
muestra más reales a pesar de su virtualidad. Las personas pierden
su identidad y se confunden en ese mar de información, ese mundo
poblado de entidades que plasman como nunca antes la verdadera
idea de comunidad. Tan distanciados como mancomunados en un
espacio virtual pero real.
Y quizá esto sea lo mas interesante del libro; salir de ese plano
orgánico y caótico, cambiante y perecedero, para dejarlo anclado en
el papel que nos acompaña desde hace miles de años. Tomar una
porción de esa vorágine y dejarla avejentar en un papel que se torne
amarillo y opaco.
Esto empezó como un experimento, y lo sigue siendo. No esperes
más de nosotros, no esperes más de este libro. No podemos ofrecerte
más que una muestra de lo que ya sabés. Tu secreto es mi secreto,
porque al fin y al cabo no somos tan distintos unos de otros.
Santiago Sarceda
capítulo uno
la tierna infancia
Tendría unos 6 años, llamó alguien para mi mamá y yo le
dije, con un tono angelical: “No está, está cagando”.
Cuando tenía 7 años metí a mi gato en el microondas durante
diez segundos. El gato salió jadeando. Nunca volvió
a ser el mismo.
Me robé un pedazo de fósil del museo de Jacobacci cuando
era chico. Nunca me pude sacar el remordimiento, y eso
que hice cosas peores.
Cuando era pendejo, tenía un compañero de banco que
siempre me pedía los lápices. Cuando se los prestaba, me
los mordía en la punta. Un día, pensando en cómo podía
vengarme, agarré a mi gata y le metí el lápiz que siempre
usaba el pelotudo este. Disfruté mucho la siguiente vez
que lo mordió.
Cuando era chiquita empollaba los huevos de la heladera
con la esperanza de que nacieran pollitos. Mi mamá no me
dejaba tener mascotas.
18 www.tusecreto.com.ar
A la tierna edad de 7 años, en el patio de mi abuela, metí a
dos gatitos recien nacidos en una bolsa arpillera y los golpeé
un rato con un caño.
Todos los cumpleaños me regalaban colonias “Paco”. Como
tenía demasiadas, siempre las volvía a regalar en otros
cumpleaños.
Todavía tengo guardado el libro Federico se hizo pis que me
robé cuando iba al jardín de infantes.
Una vez, cuando tenía 5 años, estaba en un supermercado
con mis padres y le pedí a mi vieja que me comprara una
pelota. Como me dijo que le preguntara a mi viejo, fui corriendo
a abrazarlo, para quedar bien y que me dijera que sí.
Cuando lo abracé me di cuenta de que no era mi viejo... ¡Era
un pelado barbudo, nada que ver!
Ya bastante boludona y con 12 años llamé al 110 para preguntar
si una palabra iba con “v” o con “b”. Pensaba que
daban información sobre TODO.
En el jardín de infantes una chica que se llamaba Candelaria
me pegó en la cabeza con un cubo de madera. Nunca más
la vi, pero juro que con 23 años la sigo odiando.
Cuando era chica y veía la publicidad de Bernardo Neustadt
diciendo “No me dejen solo”, veía todo el programa porque
me daba lástima. “Pobre viejito”, pensaba.
Cuando tenía 6 años, durante el mundial ’78, tuve por un
tiempo la pesadilla recurrente de que venían el gauchito del
mundial y su compañera y enterraban viva a mi mamá y
después a mí. Ahora que pienso, es loco que siendo el mundial
’78 un símbolo de los milicos, haya tenido ese sueño tan
revelador. Igual ahora sueño pavadas, como todo el mundo.
Mis quince minutos de gloria onírica pasaron y yo era muy
chiquito para disfrutarlos.
Cuando estaba en primer año, muy dormido salí apurado
hacia la escuela, y al entrar a clase me di cuenta que tenía
puesto un zapato de cada color (uno marrón, otro negro).
Había varios que se habían dado cuenta y se cagaban de
risa, pero no me decían nada. Cuando sonó el timbre del recreo
NO salí al patio, me quedé en mi banco tapándome los
pies con la mochila. Fue el peor día de mi vida.
Cuando era chico, por lástima dejaba el televisor prendido
en ATC para que le subiera el rating.
Cuando estaba en la primaria, un día nos dieron por consigna
escribir una carta a nuestro/a mejor amiga/o. Como nadie
me eligió, obligaron a una compañera a que me escribiera.
Pensaron que no me había dado cuenta, pero para mí fue
evidente y denigrante. Todavía no pude superar el golpe.
En la primaria me bajaba los pantalones y les mostraba
el pitito a mis compañeras a cambio de figuritas. ¿No era
prostitución eso?
la tierna infancia 19
Repetí jardín porque la señorita decía que yo no sabía jugar
y compartir. Tal vez piensen que les estoy mintiendo, pero
este es un secreto que no lo sabe nadie y hasta el día de hoy
me persigue el trauma.
Siempre que nos sacábamos la foto grupal con el colegio,
soñaba con que me tocara a mí tener el cartelito que decía
el grado. Nunca lo pude conseguir.
Cuando era chica, en pleno invierno, me terminaba de bañar
y antes de salir de la ducha, abría el agua fría (cuanto más
helada mejor) y contaba hasta cien en silencio y con los ojos
cerrados. Lo hacía por los niños pobres.
Cuando era chica mi mamá me disfrazó de pollito usando
parte de su lencería erótica.
Cuando tenía alrededor de 7 años me escondí en el placard
de mi casa para que mis viejos pensaran que había desaparecido.
Estuve más de seis horas en pleno verano. Salí medio
deshidratado y nadie se dio cuenta de que no estaba.
Mi abuela me hacía cómplice de sus robos en los supermercados
y demás negocios. La vieja siempre se robaba algo y
lo metía en mi bolsito.
Cuando era chiquita tenía una tortuga, le puse una correa
como a los perros y salí corriendo para que me siguiera…
La decapité, pobrecita.
20 www.tusecreto.com.ar
Mami, los tampones no se te perdían, los usaba tu hijo
menor como salvavidas para sus muñecos.
Cuando tenía 8 años tiré a mi tortuga de un cuarto piso con
una bolsa de supermercado a modo de paracaídas. No sólo
no funcionó, ¡sino que rebotó muy alto! Igual sólo perdió
una patita, y era lo mismo, si total no hacía nada.
Cuando tenía 10 años, le sacaba los tampones a mi vieja y
los llevaba al colegio para inflarlos con agua en el baño y
tirarlos por ahí. Pensábamos que eran una especie de llaveros,
y una vez le regalamos uno a un compañerito y se lo
colgó de la mochila.
De chica, antes de dormir, le oraba a Dios y al Diablo al
mismo tiempo. Los enfrentaba para que me demostrasen
su poder, esperando que se pelearan entre ellos para
ver quién me iba a tener de su lado en la Fe. El vencedor
debía lograr que a la mañana siguiente tuviera el cuerpo
de Nicole Neumann.
Cuando tenía alrededor de 10 años y grababa canciones de
la radio me callaba porque pensaba que también se iban a
grabar los ruidos.
A los 13 años mis amigas me hicieron reír mucho mucho
y me meé encima mal. Seguí todo el día en el colegio pensando
que nadie se iba a dar cuenta... ¡Qué boluda! ¡Cómo
no se iban a dar cuenta, si estaba toda meada!
la tierna infancia 21
Cuando iba a los cumpleaños, en el momento de explotar la
piñata, me escondía por que me daba mucho miedo.
Cuando el país estaba conmocionado porque la Capital se
iba a trasladar a Viedma, tuve una crisis que me duró más
de un mes. Tenía alrededor de 8 años y lloraba todos los
días abrazada a mis muñecos, porque yo no me quería ir a
vivir a Viedma. Mi vieja me tuvo que llevar a una psicopedagoga
para que me explicara que no me tenía que mover
de mi casa.
22 www.tusecreto.com.ar
capítulo dos
desasnados
Cuando era más chico tomaba agua del bidet porque pensaba
que salía más fresquita.
Hasta hace poco pensaba que el vittel toné era un vino que
se tomaba en las fiestas.
Siempre creí que la propulsión a chorro funcionaba con
un chorro de agua.
Antes creía que el arroz era una masa grande que se cortaba
en pedacitos.
Hasta los 13 años pensé que la nobleza eran personas nobles
y buenas.
Cuando era chica creía que los albergues transitorios eran
lugares donde una familia vivía un tiempo cuando vendían
su casa y no encontraban otra para comprar y mudarse
rápidamente.
Creía que los testigos de Jehová habían visto algo.
26 www.tusecreto.com.ar
Me persigné muchas veces frente a la facultad de Ingeniería
pensando que era una iglesia.
Cuando era chiquita creía que “Estreno absoluto” era una
película que daban repetidas veces en la tele.
Cuando era chica pensaba que “hacer el amor” era comer
frutillas de a dos porque en un episodio de La banda del
Golden Rocket Diego Torres y su novia comían frutillas una
noche y al otro día la novia de Diego le confesaba emocionada
a Araceli González que había “hecho el amor”.
Siempre pensé que era “Taserenísima”. Es que el logo es
muy confuso.
De chica pensaba que un consolador era un psicoanalista
que calmaba los problemas. Qué ingenua.
Pensaba que “salpicón de ave” era un baile popular.
Cuando era chica tenía el libro ¿Qué me está pasando?, y en
una parte decía que durante la pubertad “comienza a crecer
el vello púbico”. Era tan boba que leía “vello púbLico”. Pensaba
que era el que veía todo el mundo –por eso lo de “público”–:
brazos, piernas, etc.
Me acabo de enterar que el glaciar es “PeRito” Moreno y no
“PeDrito” Moreno.
capítulo tres
sexo y calenturas varias
Mi novia bautizó a mi pene como “Raúl”. Frente a mi familia
pregunta “¿Cómo anda Raulito?”, y como me da tanta vergüenza
y me pongo colorado, todos preguntan qué quiere
decir esa frase.
Empecé a ver una película porno, me masturbé, acabé, y
seguí viéndola… ¡por la trama!
Polaricé los vidrios de mi auto para que mi amante me pueda
hacer la fellatio mientras manejo hasta el telo. A mi esposa le
dije que era para que no me afanaran el equipo de música.
Me excita demasiado olerme los pies después de jugar al
fútbol. Puedo pasar horas con mi pie pegado a la cara.
Me masturbé en un baño químico de un festival de Rock. No
lo pude evitar, nunca estuve tan cerca de tantas mujeres al
mismo tiempo.
Me muero de ganas de caminar desnudo por la 9 de Julio y
hacer un strip tease frente al Obelisco.
30 www.tusecreto.com.ar
Siempre fantaseo con encontrar a mi esposa haciéndole
sexo oral a otro hombre en mi cama. La verdad es que no sé
cómo reaccionaría si llegara a pasar... Creo que me sumaría
a la fiesta... o quizá la cagaría a trompadas... De cualquier
manera, me encantaría que sucediese.
Soy profesor de Ciencias Naturales y me excito cuando me
toca hablar del tema de la reproducción. A veces hasta voy al
baño en el medio de la clase y me masturbo. Siempre lo hago
pensando en una alumna que mejor culo no puede tener.
Toda mi vida fingí los orgasmos. Cincuenta y cuatro años
de mentiras.
Un par de veces me masturbé en la playa, metido en el mar
hasta el cuello. Me excitaba estar rodeado de chicas lindas
en bikini a sólo unos metros y que nadie supiera realmente
lo que estaba pasando bajo el agua.
Soy casada, tengo tres hijos, el mayor de ellos de 15 años.
A mi casa suele venir un amigo suyo que me encanta. Siempre
lo jodo, le guiño el ojo, lo manoseo un poco, trato de calentarlo...
Hace poco, cuando mi marido estuvo de viaje en
el exterior, el amigo de mi hijo se quedó a dormir a casa. Yo
me había anotado el celular de él por las dudas... A la noche
le mandé un mensaje de texto: “Si querés debutar... Cuando
se duerma (mi hijo) venite a mi dormitorio que te voy a estar
esperando, desnuda y entregada.” Vino. Pasé una noche espectacular,
le enseñé de todo... ¡El pendejo era una bestia!
Mi novio no me deja fumar. El otro día llegó antes a mi casa
porque salió más temprano de trabajar y cuando entró había
un olor a cigarrillo tremendo. Con la sonrisa más grande que
podía poner, me dijo: “¿Te acordás de lo que habíamos arreglado?
Si volvías a fumar me tenías que entregar la cola...”.
No se la pensaba dar ni loca, asi que me hice la boluda.
Pero llegó la noche... y que no, que sí, que no quiero, que
dale que va... Tuve que acceder, con todo el dolor... Ya en
pleno acto, no me salió más que gritar “¡Te juro que no fumo
nunca más!”. A mi novio le agarró tal ataque de risa que se
le murió por unos instantes y me perdonó. Siguió riéndose y
yo quedé contenta con mi invicto parcialmente intacto.
Me estaba masturbando y se me acalambraron las dos piernas
justo cuando estaba por terminar. Fue el peor momento
de mi vida, no sabía qué agarrar primero.
No sé por qué, pero me excita mucho el ruido del ventilador.
Cada vez que lo hago con mi novio prendo el ventilador. Él
piensa que tengo un problema y me quiere mandar al médico
porque dice que soy atérmica. Si supiera…
Cada tanto voy a un hipermercado a ver y tocar corpiños,
porque hace mucho tiempo que no toco uno. Las mujeres
no me dan bola.
Extraño los juguetes sexuales que usábamos con mi ex
novia. Me da vergüenza decirle a mi novia actual que me
gustan esas cosas.
sexo y calenturas varias 31
Me acosté con la mejor amiga de mi hija; no me arrepiento
pero no quiero que ella se entere.
Una mañana, haciéndole sexo oral a mi novio, pensé que
estaba acabando como nunca. Cuando le pregunté por qué
terminaba tanto me dijo que todavía no había acabado. Encendimos
la luz y vimos que estábamos bañados en sangre.
Le había cortado el frenillo.
Me masturbé pensando en la protagonista de un libro. Fue
la paja más intelectual de mi vida.
Cuando tenía 14 manoseé a una nenita de 4-5 años. No fue
mucho, apenas la acaricié, pero me arrepentí desde el primer
instante. Es que a esa edad estaba caliente por todo,
tenía curiosidad. Aunque nunca nadie se enteró, ni siquiera
ella, no hay un solo día en que no me acuerde de eso.
Me gustan las tetas de las Barbies de mi hermana. Les saco
la ropa y las miro como si fueran reales. Una vez las chupé.
Cuando voy en el colectivo a la mañana y está lleno, lo primero
que hago es ver dónde hay una mina para apoyármela.
Cuando lo hago con mi novio me imagino que soy una prostituta,
o que me viola. Espero que no sea tan extraño.
Franeleo con mi ginecólogo mientras las demás pacientes
esperan afuera.
32 www.tusecreto.com.ar
Una vez la ginecóloga me preguntó: “¿Te puedo sacar unas
fotos?”. Le dije que sí, y me encontré de piernas abiertas,
con una luz enfocándome ahí, y una viejita entre mis piernas
sacándome fotos. Después me dijo “No tenés nada
raro, no te preocupes, es que se ven re bien las secreciones,
es para mostrarle a mis alumnos.” Así que, alumnos
de ginecología, cuando vean fotos, puedo ser yo. Me siento
una chica porno casual.
Me masturbo escuchando a mis viejos teniendo sexo.
A veces sueño que sodomizo a Alf y cuando le pregunto si
le duele me responde: “¡No hay problema!”.
Cuando tengo un orgasmo grito: “¡Aquiiii Cosquiiin!”.
Cuando voy al telo con mi novia me gusta caminar bien
despacio por los pasillos que llevan a la habitación para escuchar
los gemidos de las chicas. Me motiva mucho, y mi
novia no entiende por qué cuernos no me apuro para llegar
a la habitación cuanto antes.
Me masturbo mientras chateo con mis amigos hablando de
cualquier cosa, sin que ellos lo sepan.
Le robo la crema para las manos a mi mamá para usarla de
lubricante con mi novia.
Duhalde me parece sexy.
sexo y calenturas varias 33
Cuando tengo sexo con mi novio pienso en conejos. Es raro
pero me pasa eso.
Una vez me masturbé pensando en la Chilidrina.
Cuando llega el colectivo hago pasar primero a las mujeres
para verlas de atrás cuando suben, y así tener un buen viaje.
Me excita mucho Pierce Brosnan cuando actúa de James
Bond. Me encanta cómo sopla el arma después de disparar.
Me masturbaba con las bailarinas de un programa de TV. Lo
más riesgoso era que miraba el programa en mi pieza con
mi mamá al lado. Ella estaba sentada frente al televisor y
yo acostado atrás de ella en la cama. Boca abajo, me movía
lentamente y cuando acababa me agarraba bien fuerte y disimuladamente
me iba al baño a limpiarme.
Me acosté con un tipo que era igualito al profesor Jirafales. Yo
esperaba que en cualquier momento hiciera “taa taa taa”.
Cuando mi viejo deja de usar la PC miro el historial a ver qué
estuvo haciendo, y son todas páginas porno. ¡Viejo pajero!
Igual lo quiero.
Cuando estoy aburrido, sin nada que hacer, voy al cuarto de
mi hermano de 6 años mientras está en la escuela y le dejo
varios de sus muñecos en posiciones sexuales. Cuando llega
no entiende nada, pobre.
34 www.tusecreto.com.ar
Soy profesor universitario y doy mi e-mail en clase con la
única intención de, a futuro, poder chatear con mis alumnas
e intentar tener sexo con ellas.
Vi a mis padres haciendo el perrito iluminados por una lamparita
roja y un disco de Gal Costa sonando de fondo. Increíblemente,
todavía puedo comer.
Cuando voy al supermercado, no elijo la fila más corta, sino
una en donde haya una linda cola para disfrutar de cerca.
Cuando era chica, jugaba a la violación con mi hermana. Es
el día de hoy que no puedo tener una relación sexual normal
con nadie.
Bajo pornografía en la oficina. ¡Cuatro megas de conexión
no son para desaprovechar!
Me masturbo mirando Fashion TV. Todos lo hacen, pero alguien
tenía que decirlo.
Me quise masturbar con un aparato eléctrico para hacer abdominales.
Resultado: me electrocuté un testículo.
Mi vieja se hizo las tetas y no puedo parar de mirárselas. Me
pone muy nervioso, me despiertan deseos incestuosos.
Me masturbo mirando el video de la fiesta de 15 de mi hermana.
Las amigas están muy lindas.
sexo y calenturas varias 35
Un día, cuando era más chica, encontré un paquete de preservativos
en la mesa de luz de mi viejo. Al principio me
chocó, porque tenía la idea de que mis viejos “no lo hacían”.
Después me empecé a divertir. Contaba los forros que faltaban
de un día para el otro, veía cuándo cambiaban de marca,
hasta llegué a calcular cuántas veces por mes mis viejos tenían
relaciones.
Mi novio ideal se afeitaría el vello del pecho para que tuviera
una forma especial. Me excitaría demasiado sacarle el buzo
a alguien y que me sorprendiera con algo bien nerd como el
logo de los Thundercats.
Me excita mucho mirarle las tetas a las minas que están
amamantando. No puedo desviar la vista, aunque sean las
mujeres de mis amigos.
No soporto la cara de idiota que pone mi novio cuando tiene
un orgasmo.
Les toco la mano todo el tiempo que puedo a las chicas que
cobran el peaje. Quizá se calientan tanto como yo.
Cuando tenía 13 años me masturbé viendo un documental
de National Geographic sobre una tribu indígena africana.
Tuve un orgasmo mientras me lavaban la cabeza en la peluquería,
fue muy relajante. Espero que mi cara no me haya
delatado.
36 www.tusecreto.com.ar
Una vez, hace unos cuantos años, estaba viendo un montón
de videos que había en mi casa (la mayoría películas viejas)
con un amigo y mi hermano. Ellos se durmieron pero
yo seguí revisando. En un cassette chiquito (esos que sólo
se pueden ver con un adaptador o por la cámara) vi que
mis viejos habían filmado una porno casera encima de un
cumpleaños mío. Lo peor es que me daba mucha impresión,
pero lo vi entero igual. Todavía me molesta pensar en las
guarangadas que decían y hacían. ¡Y yo que seguía viendo!
Cuando mi gata está en celo, la tengo que masturbar con
un hisopo para que se calme y deje de hacer esos ruidos
insoportables.
Le leo la agenda a mi hija de 16 años. Me di cuenta que
es una atorranta. ¡Tuvo su primera relación sexual a los 14
años! Lo peor de todo es que no le puedo decir nada porque
se supone que no le debo leer la agenda. Por lo menos espero
que se cuide.
Me excitan mucho los gritos y jadeos que lanzan las jugadoras
de tenis.
Tengo un amigo virgen. Este viernes vamos a salir. Le pagué
a una mina para que lo seduzca y se lo lleve a un telo. Él no
sabe nada, ni va a saberlo tampoco. El objetivo es que crea
que se levantó a la mina. Así que espero que con eso agarre
un poco de confianza y le vaya mejor. Ojalá que los cien
pesos que invertí valgan la pena.
sexo y calenturas varias 37
Todos los viernes a la tarde pago la entrada del zoológico
para ir a mirar el miembro del elefante.
Le escribo mensajes de texto de contenido sexual al padre
de una amiga, y el viejo se re prende.
A veces aliento mis erecciones al grito de “¡Thunder, Thunder,
Thundercats! ¡Oh!”.
Me excita leer, en la sección de policiales del diario, los casos
de violación. Los leo con detalle para imaginarme en la piel
del violador. Creo que estoy un poquito enfermo.
A pesar de haber cumplido ya 25 años, cuando veo una película
con mis padres y hay una escena de sexo me pongo
completamente roja y contengo la respiración para no hacer
el más mínimo movimiento.
Me hice las lolas y un pezón me quedó mirando para abajo.
Mi novio siempre me carga y me dice que “lo tengo en off”.
Igual ya me encariñé con él y le puse “Snoopy”.
En una noche de lujuria con mi novia puse velas al lado de
la cama. Cuando fui a apagarlas para irnos a dormir, incliné
la velita para soplar y me quemé el pene con cera caliente.
Me la banqué como un duque con tal de que mi novia no se
enterara.
Pienso en sexo durante el 90% de la misa.
38 www.tusecreto.com.ar
Me masturbé pensando en el vocalista de los Hanson porque
creía que era mujer.
Cuando era chica, veía Jesús de Nazareth y me encantaba
el actor. Recuerdo haber tenido fantasías con Jesús, me parecía
re sexy. Siempre me gustaron mucho los tipos que tienen
un look Jesús.
Interpreto a Liza Minnelli en un bar gay. Para mi papá soy un
estudiante de derecho como cualquier otro.
Me cuelgo la toalla en el pene y trato de levantarla varias
veces. Así ejercito mi miembro en épocas de vacas flacas.
Me excita más cuando mi esposo me lo hace con los dedos.
Una dura y cruel realidad.
Mi profesor de historia me mira las tetas. Y no pone ningún
reparo ni discreción.
Cuando mis hijos se acuestan siempre les reviso el historial
de internet. Descubrí una página de lesbianas, y ahora
tengo una gran duda: no sé si tengo un hijo pajero o una
hija torta.
El otro día tenía tantas ganas de ponerla que agarré el diario,
me fijé en los clasificados y llamé a una prostituta. ¿Qué
más podría contar además de la cara de los dos al darnos
cuenta de que fuimos compañeros en el secundario?
sexo y calenturas varias 39
Fui al cine con un amigo a ver Secreto en la montaña. Terminamos
transando en su casa. La película más reveladora
de mi vida.
Me gasté dieciséis pesos en un preservativo con vibrador, lo
abrí para ver cómo funcionaba y no lo pude volver a armar.
El colegio industrial me está cagando la vida.
Estuve a punto de proponerle un revolcón a una amiga.
Ahora me entero de que tiene un retraso, menos mal que no
pasó nada, si no la duda me estaría matando.
Sospecho que mis viejos hacen intercambio de parejas con
los vecinos.
Soy un hombre de 31 años y mi despertar sexual fue a los 12
años con un chico en la sacristía de una capilla. Espero Dios
perdone mi herejía.
40 www.tusecreto.com.ar
capítulo cuatro
gente grande, che
Soy un huevón, todavía me gusta jugar al ring raje, sólo que
ahora no corro. Toco timbre y me quedo parado en la puerta,
cuando salen les digo que pasaron dos chicos corriendo
y me quedo charlando acerca de lo molesto que es que
hagan esas cosas.
Casi siempre a la tarde, cuando estoy solo a la hora de la merienda,
me pongo a jugar a ver cuántos alfajores me puedo
meter en la boca al mismo tiempo. Un día justo entró mi secretaria
y me los tuve que tragar todos, casi me muero.
Desde chico tengo una adicción. Es algo que hago cuando
estoy solo o no me mira nadie. Incluso cuando hay alguien
voy al baño y lo hago: me chupo el dedo y tengo 25 años.
Cuando voy al baño en la oficina hago un bollito de papel
higiénico, lo mojo para que quede duro y mientras hago
lo mío lo tiro para arriba y cabeceo para hacer “gol” en
cualquier lado. Si se va lejos lo traigo con una escobita
que hay por ahí, si hago el gol festejo en voz baja con los
brazos en alto. Tengo 27.
44 www.tusecreto.com.ar
Tengo 39 años y todavía me pongo plasticola en las manos
para despegarla despacito cuando se seca. Es una sensación
indescriptible, no puedo parar.
Me gusta enrollar los folletos que me dan por la calle y llevarlos
con una mano al costado del cuerpo. Así me imagino
que es un sable láser apagado.
Muchas veces cuando voy por la calle me pongo a flashear
con que viene un genio como Aladín y me concede tres
deseos. Uno de ellos sería volar como Peter Pan, así no
tengo que tomarme el colectivo o esperar veinticinco minutos
sentado en el subte. Directamente vuelo hasta casa.
Tengo 23 años, soy un pescado.
Estoy esperando que mis hermanos tengan un hijo/a para
jugar a los Playmobil otra vez.
Mi mamá me hace los trabajos de la facultad.
Cuando meo me bajo los pantalones hasta las rodillas, como
cuando estaba en jardín de infantes.
Tengo 30 años y todavía no puedo fumar delante de mi
mamá. No sé por qué, es algo más fuerte que yo. Tengo familia,
hijos, casa, pero no fumo delante de nadie. Es como
si me fueran a retar.
Cuando pierde Boca lloro.
Todas las fotos de tusecreto →
Amigos/Favoritos de tusecreto →
Amigos/Favoritos
de tusecreto
© 2008-2024 · Cacholog.com